jueves, 7 de junio de 2012

BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES :


VICENTE ANTONIO GRACIA DE LA HUERTA 

 (* Zafra, provincia de Badajoz, España, 19 de marzo de 1734 - † Madrid, España, 12 de marzo de 1787) fue un poeta y dramaturgo español, hermano del sacerdote y también escritor Pedro García de la Huerta.
En Madrid, pronto llamó la atención por su arrogancia y su belleza y al final de su vida dirigió la Biblioteca Nacional, pero lo despidieron porque sus enemigos levantaron sospechas sobre él. La publicación de colección insatisfactoria de ensayos titulada Theatro Hespañol (1785-1786) le supuso severas críticas, que afectaron a su raciocinio. Murió en Madrid, sin llevar a cabo su afán de reavivar el drama nacional. SuAgamemnon vengado proviene de Sófocles, traducido de Voltaire, y su Raquel, es clásica en formato.


LEANDRO  FERNANDEZ DE MORATIN



Es el más importante autor dramático de la escuela neoclásica española. Sus máximas son: el teatro como deleite e instrucción moral (escuela de buenas costumbres) y una acción que imite de modo verosímil la realidad. De ahí nace el apego a las reglas dramáticas en todas sus facetas, especialmente la regla de las tres unidades: la de unidad de acción, de lugar y tiempo.
La separación de géneros la realizó con tal precisión, que no llegó a escribir tragedias, pese a ser un género muy en boga en el Neoclasicismo europeo. Su carácter le llevó a la comedia, género que define diciendo: «pinta a los hombres como son, imita las costumbres nacionales existentes, los vicios y errores comunes, los incidentes de la vida doméstica; y de estos acaecimientos, de esos privados intereses, forma una fábula verosímil, instructiva y agradable

JOSE CALDASO

Pasados los seis meses del destierro, regresa Cadalso a Madrid, donde permanece entre 1770 y 1772. A esta etapa pertenece uno de los episodios más significativos de la vida del escritor. Se trata de sus amores con una de las más notables actrices de la época, María Ignacia Ibáñez, que han dado lugar a toda una leyenda de marcado sabor romántico. Lo indiscutiblemente cierto es la sinceridad de ese amor y su breve duración, por la muerte inesperada de María Ignacia, de tifus, a los veinticinco años, el 22 de abril de 1771. La leyenda cuenta que Cadalso, desesperado ante tan repentina muerte, intento desenterrar a su amada para darle el último adiós. Inmediatamente escribió Noches lúgubres, obra que describe este suceso. Posteriormente también escribirá poemas en los que la actriz aparece con el nombre de Filis.
Sufrió una tremenda depresión pero sin duda le sirvieron, si no de consuelo, de distracción, sus contactos con los salones y los círculos literarios madrileños, sobre todo con la famosa tertulia de la Fonda de San Sebastián, de la que eran asiduos sus amigos Nicolás Fernández de Moratín y Tomás de Iriart
Cadalso dio término a las Cartas marruecas durante su breve estancia en Salamanca (1773–1774). Fue un corto periodo, pero suficiente para que se formara en torno a él un círculo de amistad y de convivencia literaria. Allí, además de su afectuosa relación con fray Diego González, y con Juan Pablo Forner, a quien inclinó definitivamente hacia la literatura, estrechó gran amistad con León de Arroyal y sobre todo con dos jóvenes poetas, el salmantino José Iglesias de la Casa y el extremeño, estudiante en la Universidad de Salamanca, Juan Meléndez Valdés. Sobre ellos ejerció una sugestiva influencia humana y literaria, que ambos proclamaron ostentosamente» (CADALSO [1997: 20]). En 1777 fue ascendido a comandante de escuadrón. Dos años más tarde participó en el asedio de Gibraltar (que duraría hasta 1783) y fue ascendido a coronel en 1781. Sin embargo José Cadalso murió, el 27 de febrero de 1782, tras recibir el impacto en la sien de un casco de metralla o granada. Tenía sólo cuarenta años y apenas hacía un mes que le había sido conferido el grado de coronel. Su tumba se encuentra en la Iglesia Parroquial Santa María La Coronada en la Ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar.
Desde entonces se fraguó su leyenda de enamorado, cuya más acabada expresión es el drama romántico de Patricio de la Escosura Las noches lúgubres, protagonizado por el poeta gaditano y cuyo manuscrito dejó inédito el autor en manos de Echegaray y se conserva en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.

IGNACIO LOPEZ DE AYALA

Ignacio López de Ayala (Cádiz, 1745/1750 - ?, 1789)1 fue un escritor, astrónomo e historiador español del neoclasicismo.
Catedrático de poética en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, concurría a la tertulia más conocida de la Ilustración del siglo XVIII, la de la Fonda de San Sebastián, situada en la esquina de la Plaza del Ángel y la calle de San Sebastián. Allí concurrían escritores tan célebres como el abate José Guevara, los eruditos Francisco Cerdá y Rico, Tomás de Iriarte, José Cadalso y Nicolás Fernández de Moratín. Sólo se permitía hablar de toros, versos y amor. Se leían los versos de los contertulios y algunas páginas de Jean Jacques Rousseau.
López de Ayala compuso una famosa tragedia neoclásica, la Numancia destruida (1775), según las unidades de lugar, acción y tiempo. La obra está compuesta en romance endecasílabo o heroico. Sus obras históricas son Historia de Federico el Grande, rey de PrusiaHistoria de Gibraltar (1782) y El sacrosanto y ecuménico concilio de Trento (1787). Estas obras le llevaron a la Real Academia de la Historia.
En sus últimos años se dedicó a la astronomía y escribió Disertaciones astronómicas y Filosofía moral de Aristóteles. Era miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en un acto de concesión de premios leyó una famosa Elegía, que es su obra más notable en verso.


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